¡Hola a todos!
En esta
entrada vamos a hablar acerca de las doce funciones del profesorado recogidas
en el artículo 91 de la LOE y la LOMCE, en relación con el documental Pulso al Fracaso, emitido por Documentos TV el 16 de enero de 2010.
Las doce
funciones del profesor que se recogen en la LOE y la LOMCE son:
-
1. Programación y
enseñanza de las ideas.
-
2. Evaluación del
proceso de enseñanza/aprendizaje.
-
3. Tutoría, dirección
y orientación y apoyo a los alumnos.
-
4. Orientación
educativa, académica y profesional.
-
5. Atención integral
del alumnado.
-
6. Promoción,
organización y participación en las actividades complementarias.
-
7. Contribución al
clima de respeto, tolerancia.
-
8. Informar a las
familias sobre los procesos de enseñanza/aprendizaje.
-
9. Coordinación de las
actividades docentes, de gestión y dirección.
-
10. Participación en
la actividad general de centro.
-
11. Participación en planes
de evaluación.
-
12. Investigación, experimentación
y mejora de la enseñanza.
Nosotros vamos
a centrarnos en la octava función, relacionada con las familias.
Pulso
al fracaso se centra en un grupo de
estudiantes de una escuela de segunda oportunidad de la Fundación Tomillo, que
trabaja con adolescentes, víctimas del fracaso escolar. Muestra como estos
chicos, considerados por otros “un caso perdido”, pueden llegar a formarse e
incorporarse en el mundo laboral, con la ayuda y la orientación necesaria.
Aunque la relación
de los docentes con las familias aparece de forma muy breve en el documental, nos damos cuenta de que es una función primordial. El
estar en contacto con las familias es importante, ya no solo para mantenerles
informados de los métodos de enseñanza y aprendizaje, sino para llevar a cabo funciones,
por ejemplo, de tipo orientativo.
Como bien
dicen en el documental, muchos casos de alumnos víctimas del fracaso escolar se
deben a situaciones familiares complicadas, problemas psicológicos no diagnosticados
o cualquier circunstancia similar. Por eso, es sustancial que los trabajadores
de los centros estén en contacto con los padres o tutores, porque, conociendo sus
circunstancias, es más fácil que puedan ayudarles.
Por una
parte, la comunicación docente-familia puede dar pistas a los especialistas del
centro de posibles problemas del alumno o ayudarles a hacer un seguimiento de
este. Por otra parte, puede suceder a la inversa, que sean los trabajadores del
centro quienes informen a las familias de problemas que estas no conocieran previamente
(malos comportamientos de los hijos en el centro, absentismo, conflictos con compañeros,
drogodependencia, etc.).
Por lo
tanto, es fundamental que haya una comunicación fluida entre la familia y la
escuela, no solo en lo referente a los contenidos, sino también a todo este
tipo de circunstancias, para así poder prevenir problemas como el fracaso
escolar, o intentar solucionarlos en el caso de que ya sea tarde.
Bueno, eso ha sido todo por hoy. Muchas gracias por
leer mi blog.
¡NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA ENTRADA!
¡Hola Tábatha!
ResponderEliminarYo también comparto la necesidad de que familia y centro educativo estén en contacto. Recuerdo un caso de mala comunicación que no hizo más que entorpecer el desarrollo educativo del alumno: observé a un niño con unos síntomas alarmantes dentro de la clase (inquietud y nerviosismo constante, distracción frecuente, dificultad a la hora de expresarse) y tras comentarlo con los padres su respuesta fue "ah sí, es que tiene TDAH"... Cuantísimo habría agradecido estar sobre aviso para poder hacer la pertinente adaptación curricular a tiempo y no después de tres meses de clases.
Un abrazo y ánimo con el blog, ¡está genial! ;)